En la mesa hay plumas para acariciar y relajar.
Hay arena de la playa. Para dibujar en ella y soñar.
Y también el frasco de la calma. Lleno de purpurina y estrellas que se mueven y nos ayudan a pensar.
Os dejo un enlace donde podéis leer más acerca del frasco de la calma. Es un artículo muy interesante. Enlace
Y de verdad, es efectivo.
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